Todas las cosas que no te dije...

Querido amigo:

Aunque ya no sé si esa es la palabra que debo usar para denominar el vínculo que nos une, pues aunque yo sí te considere amigo mío hace ya tiempo que siento que no soy lo mismo para ti y eso hace que la pena se apodere de mí.

Sé que tengo millones de fallos y nunca lo he dudado. Y sé que tú has sabido siempre que los tengo, pero a pesar de todos esos fallos tengo también muchas virtudes que has tenido la suerte de ver y sentir en más de una ocasión. Sé que quizá no tengo el don de la palabra a la hora de decir las cosas y sueno peor de lo que debería. Sé que no controlo mi fuerza a la hora de dar una palmadita en la espalda. Sé que en caliente digo cosas que en realidad no pienso, y de las que luego me arrepiento profundamente. Sé que muchas de mis bromas no hacen gracia. Sé que puedo llegar a ser cansino hasta el límite. Sé que mi presencia demasiado tiempo agota, estresa, carga... como quieras llamarlo... Pero también sé que siempre que un amigo mío necesita a alguien que le escuche, unas palabras de consuelo, un abrazo... siempre estoy ahí. Sé que una sonrisa siempre hace feliz al prójimo y, aunque no soy muy dado a sonreir, siempre he tenido una para ti. Sé que he sido sincero contigo, siempre y en todo momento, para bien o para mal, y siempre que he tenido que decirte algo no he dudado un momento en hacerlo de forma directa. Sé que siempre he estado dispuesto a tenderte mi mano si te caías. Sé que estuviste a mi lado cuando la que fue la persona más importante de mi vida me dejó a un lado... Sé todo esto, y sé que tú también lo sabes. Lo que no sé, lo que no entiendo es por qué ha cambiado tu trato hacia mí...

Sé que mi comportamiento para contigo en los últimos acontecimientos ha dejado mucho que desear, pero el cambio de trato al que me has expuesto no es nuevo de esta semana, sino de hace varios meses. Varias veces te he dicho que siento que no estás a gusto conmigo, que ya no hablamos como antes, que te noto distante, y siempre me respondes que no pasa nada. Si no pasa nada ¿por qué me sigue dando esa impresión? Yo quiero mantener esta amistad que creía fuerte pero que poco a poco lo único que hace es crearme más dudas sobre si tú tienes la misma idea que yo acerca de la relación que nos une (y cuando digo "relación" sabes que no me refiero a nada sexual). ¿Por qué este cambio tan grande? ¿Dónde he metido tanto la pata? No tengas miedo ni reparo en decirme las cosas claramente. Es lo que siempre he hecho yo contigo y no espero menos de ti.

Llegado a este punto dónde ya no sé qué hacer para intentar que todo vuelva a ser como antes he tomado la decisión de no molestarte más. Esperaré pacientemente a que tú quieras hablar del por qué de estos cambios. A que quieras del tema de los últimos días. A que quieras, simplemente, volver a establecer contacto. Nadie sabe cuánto me duele este cambio, esta situación, tomar esta decisión... Y nadie probablemente lo llegará a entender nunca.

Nada más. Aquí estaré en el más absoluto silencio esperando una palabra tuya...

Te quiero...

Tu amigo