El Hombre Perfecto...

Hace 2 años que no pasaba por aquí. 2 años durante los que este blog ha estado abandonado. Hoy acudo a él como terapia. Necesito hablar y no tengo con quién, y aquí es el lugar donde puedo desahogarme, aunque quizás nadie lo lea.

Todos cometemos errores. Errores más grandes o más pequeños, pero todos metemos la pata alguna vez en nuestra vida. Yo he metido la pata muchas veces en los últimos 3 años. Tenía una relación perfecta en mis manos y la he tirado por la borda. Tenía al Hombre Perfecto, al único que me había hecho sentir enamorado de verdad, y no he sabido cuidarlo, ni a él ni a la relación. Y hoy estoy solo. Y no sólo lo he perdido, sino que además me odia. Me odia porque he sido tan idiota que ahora piensa que esta relación nunca me importó, ni me importó él, ni me importó lo que me estaba dando. Me odia porque en lugar de cuidar esta relación me confié y di por hecho que siempre iba a estar ahí, sin importar qué hiciera o dijera yo. Me equivoqué.

Reconozco todos mis errores. Reconozco que hubo cosas que nunca debí hacer, perfiles que no debí crear, conversaciones que no debí tener y mensajes que nunca debí mandar y responder. Lo reconozco y pido perdón por ello. Y seguiré pidiendo perdón hasta que el Hombre Perfecto, ese que he perdido, consiga perdonarme. Porque no soy capaz de visualizar mi vida sin él. No soy capaz de dar un paso adelante si él no me coge de la mano. No soy capaz de pensar que otro hombre podría tocarme como lo ha hecho él. No hay nada más después de él. El Hombre Perfecto. El hombre de mi vida. El amor de mi vida.

Hay quien me dice que siga adelante, que pase página y que lo olvide. Es muy fácil decirlo. Yo cargo con el peso de la culpa por haber metido la pata. Es fácil cuando una pareja no funciona por culpa de ambas partes, pero cuando sabes que toda la culpa es tuya, que la otra persona te deja porque le has hecho daño, le has herido, le has hecho sentirse traicionado e infravalorado no es tan fácil seguir caminando. Es como si un muro se hubiera alzado frente a mí y en ese muro hubiera una puerta. Sólo a través de esa puerta puedo seguir adelante con mi vida. Sólo a través de su perdón. ¿Pero para qué quiero su perdón si no tengo su amor? Su amor es lo que me da vida, lo que me la ha dado durante estos 3 años. Su amor es la energía que necesito para levantarme de la cama cada día. Su amor es lo único que me puede hacer salir del hoyo en el que estoy cayendo. Y no veo salida. No veo salida si no es con él.

Pido perdón por haber herido a mi Hombre Perfecto. Pido perdón desde lo más profundo de mi corazón. Pido perdón porque necesito que vuelva a mi lado. Porque no soy capaz de imaginar que otro hombre le toque. Porque no soporto la idea de haberlo perdido para siempre. Porque es con él con quien tengo que pasar el resto de mis días, con quien quiero formar una familia y quiero que sea él quien esté a mi lado el día que muera.

Lo siento, mi Hombre Perfecto. Lo siento, y no pierdo la esperanza, porque aunque ahora sólo sientas ira hacia mí, tengo que confiar en que un día volverás y seremos felices para siempre, porque yo he aprendido de mis errores. A lo mejor demasiado tarde, pero he aprendido y quiero demostrártelo. Aquí te estaré esperando hasta que decidas venir.

Te quiero. No lo olvides nunca...